EL REY CARLOS III DE GRAN BRETAÑA SUSPENDIÓ SU VISITA A FRANCIA DEBIDO A LOS INCIDENTES QUE SE PRODUCEN EN ESE PAÍS POR LA REFORMA PREVISIONAL.
El Rey Carlos III de Gran Bretaña suspendió su visita oficial a Francia debido a los incidentes que se producen en ese país por la reforma de la ley previsional.
El monarca británico tenía previsto iniciar en París su primer viaje al exterior desde su llegada al trono pero estos hechos lo llevaron, en forma conjunta con las autoridades francesas, aplazar la visita prevista inicialmente desde el domingo, por las actuales protestas contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, anunció la presidencia francesa.
“Los gobiernos francés y británico, tras una conversación telefónica entre el presidente y el rey, tomaron esta decisión para acoger a su majestad el rey Carlos III en las condiciones que corresponden a nuestra relación de amistad”, sostienen en un informe de prensa sobre la visita.
Carlos III preveía iniciar en Francia su primer viaje desde su llegada al trono donde pesaba participar en un homenaje en el Arco del Triunfo y en una cena en el Palacio de Versalles, antes de viajar a Burdeos (suroeste).
Uno de los motivos de las postergación del viaje es que se anuncian nuevas movilizaciones contra la reforma de las pensiones realizada por los sindicatos gales, que obligó a Londres y París a aplazar la visita en fecha a confirmar, debido a que se mantienen los disturbios callejeros por los reclamos ciudadanos.
Por su parte, el gobierno británico señaló que “no» tiene conocimiento de «ningún cambio de planes” en la visita, pese a que existe una amenaza de perturbaciones y de acciones de protesta sindicales durante su etapa en Burdeos.
Asimismo, el Palacio de Buckingham indicó que Carlos III y Camila esperan reprogramar el viaje en cuanto sea posible y manifestaron que esperas “con ansias la oportunidad de visitar Francia tan pronto como se puedan encontrar fechas».
En tanto, Macron continúa sufriendo desde enero oposición a su plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de presentar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una jubilación completa.
La aplicación de esa ley por decreto y la inflexibilidad de Macron aumentaron los reclamos e incentivaron la nueva realización de protestas.
Por último, el titular del sindicato CFDT, Laurent Berger, le propuso «poner en pausa» a su plan para iniciar una negociación que permita salir de la crisis.